El astrolabio era un antiguo instrumento astronómico que permitía determinar la posición de las estrellas, que era usado por navegantes, y amantes de la ciencia en general para localizar los astros y observar su movimiento, para determinar la hora a partir de la latitud o para averiguar la latitud conociendo la hora, así como para medir distancias por triangulación. Aunque no se sabe bien quién fue el inventor o inventora original, los orígenes del astrolabio se sitúan en Grecia y su invención se atribuye frecuentemente a Hiparco, alrededor del año 150 a. C. Pero el astrolabio, tal como se lo conoce hoy en día, surgió como resultado de su introducción al mundo islámico alrededor del año 750, por Basṭūlus, un conocido y popular fabricante de astrolabios ubicado en Bagdad (Irak). Su más destacada alumna sería Mariam al-Asturlabi o Al-‘Ijliyah bint al-‘Ijli al-Asturlabi, quien lograría convertirse en brillante científica, matemática, astrónoma y fabricante de astrolabios del siglo X.
Mariam vivió en Alepo, ciudad ubicada en el actual norte de Siria. Sus astrolabios requerían cálculos matemáticos complejos y precisión, siendo no sólo precisos, sino que, además, tenían diseños muy innovadores y estéticamente bellos. Esto impresionó a Sayf Al Dawla, que reinó desde 944 hasta 967 y la emplearía en su corte en Alepo. Mariam alcanzaría gran fama con su trabajo, ayudando a desarrollar, además de innovadores astrolabios, diferentes técnicas de navegación y cronometraje.
Tales fueron sus aportes a la astronomía, que, como actual homenaje y reconocimiento, el asteroide del cinturón principal 7060 Al-‘Ijliya (descubierto por Henry E. Holt en 1990), lleva su nombre.
¿Qué estrella verás tu hoy?