jueves, 26 de septiembre de 2019

De partos y ritos

Cuenta el gran geógrafo e historiador griego Estrabón en su obra "Geografía" (7 a.C) que el pueblo cántabro era digno y valeroso a tal extremo que quien caía prisionero prefería su muerte y la de todos su familiares antes que la esclavitud. 

Admirado por la valentía y fortaleza de las mujeres cántabras, contó en su libro III que eran ellas quienes transmitían la herencia y casaban a sus hermanos. Y cultivaban la tierra, y apenas daban a luz cedían el lecho a sus maridos y los cuidaban. Hay quien dice que eran tan iguales que los hombres "daban a luz con ellas"... 

Algunos consideran esta costumbre, que se denomina covada, como la prueba de la existencia de un matriarcado en el pasado entre los cántabros.

En realidad no estaba sólo presente en este pueblo, sino que se encontraba también entre astures, vascos, maragatos, ibicencos, corsossino, tibarenos, corsos y en algunos pueblos de América del Sur y Nueva Guinea.

La covada es un término etnográfico por el que se conoce a la costumbre presente en algunas culturas, en el momento de un nacimiento, mediante la cual el padre simula el parto. A veces consistía en la entrega del bebé al padre por parte de la madre para que éste se ocupara de él. Se considera un rito de legitimación del recién nacido. Otras voces, en cambio, dicen que la covada expresaría el deseo de parir del hombre. También hay quien piensa que con este rito lo que se hace es un reconocimiento expreso de la paternidad y desacredita el poder de la mujer como creadora...

Y hay quien simplemente cree que era una manera mágica de que los padres mostrasen su empatía con las madres en ese momento maravilloso, pero duro y difícil que es un parto. 

Hace casi un año yo fui mama de nuevo. Y, aunque esta vez nos encontrábamos muy lejos, estuvimos igual de juntos... 

¿Sería ese el verdadero sentido de nuestra particular covada?

¿Cómo fueron vuestros partos?

¿Y vuestros ritos?



¡Bienvenido Otoño!