lunes, 30 de abril de 2018

Hambre


Me han contado muchas veces que el hambre azuzaba pesadillas y sombras en la noche, que marcaba los pasos a tanta gente, que le hicieron un hueco al pie de la escalera de los días y que así, compañera siempre, crecieron generaciones. Había guerra unas veces, otras el no se sabe, la falta de estudios, de oportunidades.. distintos nombres para la misma miseria.

Pero era un recuerdo de otras sociedades, o de años lejanos, casi imposibles.

Hoy, callamos. Y en silencio avanza el vacío del no mañana. 

Hay un hombre en mi barrio al que veo salir temprano, casi al alba. Lleva el maletín de siempre, los zapatos recién limpiados y el andar rápido en sus pasos. El traje parece el mismo de antaño, pero más gastado y en su cabello asoman reflejos plateados. Sé que pasa las horas caminando. Sé que su mujer, callada, se queda esperando. Y en la olla no hay más que agua que hierve. Los ahorros, se van gastando. 

Hay una mujer en mi barrio que desde la madrugada está pensando. Y, con las ojeras, señalando su miedo, ha pasado horas buscando y buscando algún puesto de trabajo. Ella que ha estudiado, que tiene manos, que creía en el futuro, que soñó tanto...

Hay un hombre y una mujer así en cada barrio.

El 1 de mayo es el día del trabajo pero demasiadas personas no tendrán nada que celebrar: en España hay más de 3.790.000 personas desempleadas, con una tasa de paro del 16,74 % de la población (http://www.ine.es/prensa/epa_tabla.htm). 

Son ya seis los años desde que se aprobó la Reforma Laboral, llevándose consigo algunos de los logros más importantes alcanzados por el Estatuto de los Trabajadores, firmado en 1980. 

Nuestro trabajo hoy se caracteriza por la pérdida de derechos, la devaluación de salarios, la precariedad en el empleo, una baja productividad y la creciente inseguridad laboral.

Empeoramos los de siempre. Ganaron sólo unos pocos.

Reivindiquemos.

No hay fiesta ni pan: hay muchas mujeres y muchos hombres en los barrios.

Demasiados.

viernes, 27 de abril de 2018

Hermana, yo sí te creo


Hermana, yo sí te creo.
Yo y todas.

Esta sentencia patriarcal nos categoriza y culpabiliza a todas: desampara nuestros No.

Te creemos porque así son nuestros días, enredadas en la maraña negra de ser ciudadanas de segunda.

¿Qué justicia es ésta? ¿De veras puede un tribunal que juzga delitos tan ligados a la cultura patriarcal estar conformado sólo por hombres?. Y donde digo hombres, digo individuos cuyo imaginario concibe como disfrute en las mujeres la penetración bucal, anal y vaginal por cinco tipos que acabas de conocer. ¿De verdad alguien cree esto?: ¿existen esas mujeres?, ¿existe una sola?.

Queremos trascender del ámbito privado de una vez por siempre. La noche también nos pertenece. Y deseamos tener la posibilidad de hablar a alguien sin temer que nos maten o nos cercenen.

Queremos ser libres.

Y esta libertad no es un deseo de incorporarnos a patrones de libertinaje: es tener la seguridad de ser respetadas, valoradas y apreciadas como personas, como mujeres.

Pero la prostitución sigue ahí, susurrando que somos objetos, que cualquiera puede disfrutar de nuestros cuerpos por un mísero precio.

La brecha salarial no se zanja, que siempre hay otros problemas a resolver.

Los anuncios mantienen esa imagen de nosotras como adornos, pastelitos dedicados a quienes nos deseen.

La retina marcada desde la infancia del rosa, los juegos de princesas y héroes masculinos que nos salvan y nos encuentran.

Los caminos marcados y las rutas preestablecidas.

Los murmullos, el qué dirán, la cruz del pecado, de la moral, del qué pensarán.

En nuestra cultura los celos, la posesión de las mujeres, hasta las violaciones y los golpes, son sólo cosas de hombres, o pequeños errores de chavales. Pobrecitos los 5 chiquillos, dicen. Pobres de nosotras que, si callamos, es porque aceptamos. Si hablamos, aparecemos en las cunetas, o en los pozos, o quemadas, o matadas  (os recordaremos siempre Anabel, Sandra, Miriam, Toñi, Desireé, Estefanía, Diana, Marta...tantas y tantas). Maldita la impunidad de todos esos criminales.

En 2017 se contabilizaron en España 99 muertes y más de 150.000 denuncias derivadas de la violencia de género. Hermana, ¿cómo no creerte si vivimos a tu costado esta realidad?. De manera constante, azuzándonos las mismas sombras, iguales miedos, exactos temores...

Hay que volver a parar el mundo.
Hay que salir a las calles.
Sabemos lo que sucede cuando eres mujer.
Te creemos.

sábado, 14 de abril de 2018

En tiempos de Mordazas

Al crecer, me di cuenta de la importancia de saber dónde estaba y dónde estaban el resto de pasos.

La Geografía es el espejo abierto de los intereses económicos y políticos.

En este presente que es el hoy, donde se amordazan las conciencias y se silencian las palabras, una de las mejores herramientas es leer, no sólo libros, sino también los mapas... Y viendo ríos, salidas al mar, rutas petroleras, de gas y piedras, afloran las excusas y motivaciones de unos y otros. Claras y nítidas, sin otras distracciones...


No digo nada si nombro la salida a un mar, o incido en el importante posicionamiento geoestratégico de un lugar. Lo digo todo.

Y sobre todo, pronuncio alto y fuerte que las guerras siempre las perdemos los mismos: los civiles.
Y tienen, casi todas, el mismo origen.
Iguales mentiras.
Iguales malvados.
Iguales crímenes...