martes, 12 de diciembre de 2017

Gryla y los Trece Yule Lads


Hace muchos, muchos años, en las montañas de Islandia vivía una terrorífica troll llamada Gryla, que tenía un apetito insaciable y cuyo plato preferido era el estofado de niños desobedientes. 

Cuentan que sólo logró dulcificarse al aprender a leer. Más tarde, se casaría con Leppaludi, con el que tuvo trece hijos (los trece Yule Lads) y con el que se comprometió a controlar su apetito durante el año. Para ello, se trasladó, junto a sus pequeños y el gato Jólaköttinn, a una cueva en los campos de lava de Dimmuborgir. 

Allí se escondían durante el año, intentando controlar su ferocidad y el impulso de cometer atrocidades. 

A sus trece hijos sólo les permitían bajar a las ciudades desde el día 12 de diciembre hasta el 6 de enero para hacer travesuras. Aunque en la antigüedad se llevaban a quienes se  portasen mal para que su madre cocinase su temible estofado, parece que Gryla logró con el tiempo ser vegetariana y, para hacerse perdonar, prepara desde entonces juguetes y libros que regalar. 

Así, cada día de la navidad, uno de sus hijos visita a cada niño o niña, dejándole regalos o patatas podridas según se haya portado a lo largo del año...

Cada uno de los trece Yule Lads son:

Stekkjastaur: Llega el 12 de diciembre. Le encanta perseguir ovejas, pero, como es muy torpe, no suele alcanzarlas.

Giljagaur: Suele esconderse en los barrancos durante el 13 de diciembre, a la espera de una oportunidad para colarse en los establos y robar la leche de las vacas.

Stúfur:  Baja a las ciudades el 14 de diciembre. Es el Yule  más pequeño, casi diminuto. Devora los restos de comida que quedan pegados en las cacerolas.

Þvörusleikir: Llega el 15 de diciembre. Le encanta lamer un tipo de cuchara de madera islandesa con el mango muy largo.

Pottaskefill: Aparece el 16 de diciembre y se lleva los restos de comida de las ollas.

Askasleikir: Se oculta bajo las camas durante el 17 de diciembre, a la espera de que alguien se olvide de su plato.

Hurðaskellir: Le gusta dar portazos los 18 de diciembre, especialmente durante la noche.

Skyrgámur: Viene el 19 de diciembre y adora el yogur islandés.

Bjúgnakrækir: Se esconde entre las vigas del techo cada 20 de diciembre y sólo piensa en robar salchichas.

Gluggagægir: El 21 de diciembre llega este pequeño mirón, que espía a través de las ventanas en busca de objetos de valor.

Gáttaþefur: Llega el 22 de diciembre. Posee una nariz extraordinariamente larga, que utiliza para localizar los panes navideños. 

Ketkrókur: Su día es el 23 de diciembre. Tiene un gancho con el que roba carne.

Kertasníkir: El 24 de diciembre persigue a los niños para robarles las velas y comerse su sebo.

Desde este día y hasta el 6 de enero, se empiezan a ir de la misma forma en la que llegaron... y, con el último de estos pícaros, acaba la navidad...

¿Qué te dejarán a ti: regalos o patatas?

jueves, 7 de diciembre de 2017

Befana... mi compañera Reina

http://danteact.org.au/la-befana-vien-di-notte/

Cuenta una antigua leyenda que Melchor, Gaspar y Baltasar, tres magos persas, siguiendo la estela de una estrella, se dirigieron a Belén para entregar sus presentes a un Ser Mágico. 

Más, al final de su camino, no lograban encontrar la senda correcta y pidieron ayuda a una anciana. Befana, era una mujer bondadosa y buena, que les regaló riquísimos dulces y juntos compartieron tan encantadora velada, que los tres magos insistieron en que les acompañara en su búsqueda. 

Mas Befana no se atrevió a acompañarles...
Era mujer.. 
Estaba sola...
Qué diría la gente...
No valía nada...

y el miedo se apoderó de sus pasos, deteniéndose. 

A la mañana siguiente partieron los Magos y ella quedó en el lugar de siempre. 

Pasaron las horas y se sucedieron los días, pero no dejaba de arrepentirse de no haber tenido el coraje suficiente para acompañarles. 

Hasta que llegó la luna en la que reunió el valor suficiente y, cargada con un gran cesto de dulces, salió en busca del ser mágico.

Con la esperanza de encontrarlo, se detuvo en cada casa del largo camino, dejando chucherías a las niñas y niños que encontraba, esperando que alguno de ellos fuese el pequeño ser mágico del que sus tres amigos le habían hablado... 

Dicen que, desde entonces vaga por el mundo, en su vieja escoba, repartiendo dulces y regalos sobre los calcetines que niñas y niños le dejan durante la noche del 5 al 6 de enero... 

¿Colocarás tus calcetines a la dulce maga?