jueves, 30 de noviembre de 2017

Árbol del Universo

Rojo y dorado. 
Plata y azul. 
Colores variados. 
Cintas, guirnaldas, luces y espumillones... 

¿Cómo decorarás tu árbol de navidad? 
¿Conoces el origen de esta tradición?


Cuentan que los Celtas de Europa Central, en fechas cercanas a la Navidad Cristiana, durante el solsticio de invierno, celebraban el nacimiento de Frey, Dios del Sol y de la Fertilidad. Era costumbre decorar un árbol, el Yggdrasil o Árbol del Universo, en cuya copa se encontraba el cielo y en sus raíces profundas, el infierno.

Entre los años 680 y 754, San Bonifacio, evangelizador de Alemania, adaptó la tradición celta, dándole un sentido cristiano. Se dice que derribó el roble que representaba al Dios Odín, reemplazándolo por un pino, cuya hoja perenne es símbolo de la vida y del amor eterno de Dios. El árbol lo adornó con manzanas y velas, representando el pecado original y la luz de Jesucristo.

Conforme pasó el tiempo, las manzanas y las velas dieron paso a otro tipo de adornos, como la estrella (que representa la fe), las bolas o esferas (símbolo de los dones de Dios a los hombres) o los lazos (imagen de la unión familiar). Posteriormente se agregó la tradición de obsequiar regalos bajo el árbol…

¿Adornaste ya tu árbol? 
¿Cuántos regalos esperas? ¿Compraste ya los tuyos? 
¡Elige algunos libros (muchos)!
¿Recuerdas qué simboliza mi estrella? ;-) 
¡Buena semana!  

viernes, 17 de noviembre de 2017

No quiero que me violes


No quiero que me violes. 
No quiero. 

Llegará el día que lo hagas. 
A mi, a mi hermana, a mi amiga, peor aún, a mi hija. 
No quiero.

Desde ya estoy triste y con el velo negro del miedo sobre mis ojos, sobre mis pasos, martilleando mi cerebro.

No quiero que me violes.

Si salgo una noche, no estaré buscándote.

Si llevo vestido, o tacones, o me maquillo en exceso, no te estaré incitando.

Si es de día y te sonrío, no te provoco.

Si es una tarde de verano y se cruzan nuestras miradas, no será una insinuación.

Nunca querré que me violes.

Y aviso desde ya, para que no se malinterpreten mis redes sociales, para que nadie dude por un mísero instante que yo, quiero que me violes.

Y me violas.

Me violas tú que piensas en mí como un trozo de carne, un objeto, una cosa que puede utilizarse. 

Me violas al pensar en mi, mujer, como un agujero que se llena y se esparce, que se cierra pero se abre. 

Me violas cuando dices que soy una puta. Te encanta decir que soy una puta. Una puta que disfruta cuando la posees. 

Me violas cuando no condenas, cuando ves normal la violencia, cuando callas ante un chiste grosero que no tiene ninguna gracia, que no es casual, que no es divertido, que me daña y que daña a mis niñas, a mis niños.

Me violas en todo momento. Al encender la tele e instaurar en la retina colectiva que ser mujer es ser una niña dócil, manejable, bonita, un regalo para la vista y un deseo a satisfacer. 

Me violas cuando enseñas a las niñas a ser princesas y no les inculcas que deben crecer, ser libres y fuertes. Las niñas tienen que pensar, tienen que leer, tienen que hacerse respetar. Enséñame a leer, a ser jefa, presidenta, ingeniera, sincera. Por favor: menos bailes y más kárate. Menos rosa y más colores. 

Me violas cuando enseñas a un niño a mantener esta sociedad enferma. Cuando te niegas a que tenga un muñeco o un bebe por juguete, cuando le dices que debe ser fuerte, que sólo las mujeres deben llorar, cuando le preguntas si tiene novia a los 6 años, cuando no pones ni la mesa en casa, cuando ves una chica en la tele y sólo comentas lo buena que está.

Me violas cuando me dices en una entrevista de trabajo que soy mayor, que mi experiencia no cuenta, que es trabajo de cara al público, o que ya tengo hijos y son cargas familiares. Me violas cuando ves que tengo arrugas y canas y crees que debo desaparecer.

Me violas con miles de gestos cada día: cuando me pegas, cuando no crees en mi, cuando gano menos salario que tu, cuando no me dejas ser jefa, cuando ridiculizas mi lenguaje si intento que visibilice que soy mujer, cuando me miras las tetas o el culo, cuando deslizas tu mano inocentemente, cuando dices que valgo menos, cuando cargas sobre mi espalda la maternidad, las tareas de la casa, la cocina y la plancha, cuando no me dejas estar sola, cuando no me dejas ser tu amiga, cuando me tocas sin consentirte...

Y no quiero. No me gusta. Detesto todas estas cosas que son, en el día a día de hoy, normales. Me humillan. Aún más otras cosas...

Lo digo alto y todo lo claro de lo que soy capaz: que cinco hombres te penetren en un portal no es una opción para ninguna chica. 

Sin conocerla. No hace falta. No es una opción para nadie. Por favor, si existe una sola mujer que lo desee en el mundo, que lo defienda. Yo no lo creo.

Lo que sí creo es que el terror te paraliza. Te silencia. Te calla. Y sucede demasiadas veces. 

Una sola es ya demasiado pero se cuentan por más de un millar las mujeres que han denunciado agresiones sexuales con penetración cada año sólo en España. Contabilizadas. Las asociaciones de asistencia a mujeres violadas indican que sólo se denuncia una pequeña parte de la realidad: de cada seis violaciones, se denuncia una.

Por eso aviso: si me drogas, si me emborrachas, o incluso si lo hago yo sola: No quiero que me violes. No quiero. Y nunca querré. No quiero.

Y, si existe la duda, que me lo digan y me pongo desde ya mismo el lazo negro, porque, desgraciadamente, nos violan cada día. 

Ni una más. 
Ni una menos.


lunes, 6 de noviembre de 2017

Existo. Y Pienso.

  "Las mujeres tenemos todavía mucho que pensar 
y dar que pensar para salir del lugar de lo no-pensado"
(Celia Amorós)



Cuestiones como la existencia, el conocimiento, la verdad, la moral, la belleza, la mente y el lenguaje nos preocupan desde el principio de nuestra existencia, pero no será hasta 2005, que el tercer jueves del mes de noviembre se proclame por la Unesco como Día Mundial de la Filosofía.



El objetivo de esta fecha es destacar la importancia de esta disciplina, como estimuladora del pensamiento crítico e independiente. Quizás, por el mismo, no se le asignó un día fijo...


Literalmente, Filosofía significa "Amor a la Sabiduría" y ese ánimo de conocimiento, aunque esté olvidado por demasiados libros, también fue perseguido por muchas mujeres: ¿Rescatamos a algunas?

Adela Cortina 
Alice Ambrose
Alicia Miyares 
Amelia Valcárcel 
Areta de Cirene
Aspasia de Mileto
Ayn Rand 
Celia Amorós 
Christine de Pisan
Edith Stein 
Elizabeth Anscombe 
Hannah Arendt 
Hedwig Conrad-Martius
Herrada de Lansberg
Hildegarda de Bingen
Hiparquia de Maronea
Hipatia
Iris Murdoch 
Lou Andreas-Salom 
Luisa Posada 
Margaret Fuller
Margarite Porete
María Luisa Femenías 
María Montessori 
María Zambrano 
Mary Hesse 
Mary Midgley
Mary Warnock 
Mary Wollstonecraft
Raya Dunayevskaya 
Simone de Beauvoir
Simone Weil 
Susanne Langer
Victoria Camps


... infinitas más que, poco a poco, se visibilizan.  
Podéis encontrar éstos y otros nombres en:






 ¿Te animas a descubrirlas?
¿Con cuáles de sus pensamientos te identificas más?
¿Cuál es tu filósofa imprescindible?

Feliz Día de la Filosofía.
Piensa.
Lee.
Construye.