lunes, 23 de enero de 2017

Más pronto que tarde

La primavera aun no ha llegado más, si se abren los ojos, cualquier día es bueno para despertar... de cualquier mes, de cualquier año...

¿Qué es el Tiempo?


Como magnitud física podemos definirlo como una sucesión de estados por los que pasa la materia, pero...¿tiene principio? ¿y fin?

Estas son algunas de las preguntas que nos hemos hecho desde el origen de nuestra historia. Las primeras nociones de Tiempo fueron resultado de la observación de los acontecimientos repetitivos de la naturaleza: el cambio, la vida, la muerte y regeneración de los ciclos de las estaciones, del día y de la noche, los ritmos de las cosechas, de la caza... 

Así, todo lo que comienza, se desarrolla, muere y vuelve a renacer. La Historia se concebía entonces como una secuencia que se repetía. La medición del tiempo cíclico tenía un carácter sagrado y era reservada su interpretación a sacerdotes y sabios, que eran los responsables de delimitar el inicio y fin de las diferentes fases.

Si todo se repite, el pasado sirve para explicarnos parte de nuestro presente. Si el tiempo gira, entonces podemos extraer lecciones para proyectar decisiones futuras...

Nómadas, Egipcios, Babilonios, Hindúes, Persas, Mayas, Chinos, Griegos, Mapuches... todos tenían una concepción cíclica del Tiempo. Aún hoy presente en algunas de estas culturas.

Sin embargo, en occidente, predomina otra concepción. Reduciendo los intensos debates y reflexiones humanas existente sobre el Tiempo, podríamos señalar a la tradición judeo-cristiana como responsables de la expansión de la percepción lineal del Tiempo, delimitando éste por un punto de origen (la Creación) y un final (el Juicio final).

Desde esta perspectiva, prima la responsabilidad individual sobre la tradición....

¿Cómo concibes tu tiempo?
¿lineal o cíclico? 




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