lunes, 5 de septiembre de 2016

¿Cuatro reyes?... ¡una reina!

Iniciamos la semana con otra vieja leyenda, esta vez rusa....

Luego de descubrir una estrella en el oriente, partieron juntos cuatro reyes magos: Melchor, Gaspar, Baltasar... y Ogamyer.

Los tres primeros llevaban ricos regalos de oro, incienso y mirra.

El cuarto rey, sin embargo, portaba burros, aceite y vino.

Tras varios días de camino se adentraron en el desierto, donde, cierta noche, quedaron atrapados en una tormenta.

Melchor, Gaspar y Baltasar, que viajaban con camellos, pudieron refugiarse tras los mismos. Pero Ogamyer tuvo que buscar amparo, junto a sus burros, en la cabaña de unos pastores.

Tras amainar la tormenta, los pastores descubrieron que habían perdido su rebaño.

El cuarto rey se vio en el dilema de ayudarles o continuar el camino tras la estrella...

Finalmente decidió quedarse...

Cuando lograron reunir a las ovejas dispersas,  habían transcurrido ya varios días desde la tormenta. Rezagado, emprendió camino en busca de sus compañeros y de la estrella (...)



Probablemente, basándose en esta leyenda, el teólogo presbiteriano estadounidense Henry Van Dyke escribió The Other Wise Man, en 1896, que narra el relato de Artabán, un cuarto Rey Mago que encaminó sus pasos hacia occidente en busca del niño Jesús.

Ambas historias se desarrollan de manera similar y en ambas se habla de la importancia del camino, más allá de la meta.

Lo cierto es que, sin saberlo, ambos relatos me están nombrando...

Como ya os avancé: no siempre han sido tiempos fáciles para las mujeres. ¡Ni siquiera ahora!

¡Te aseguro que es mi rastro el que se oculta tras estas historias!

¿Las conocías? ¿Has leído alguna?
¡Te animo a hacerlo!
¡Y también la mía!

Puedes conseguirla AQUÍ.

¿Te convences ya de mi existencia?

;-)





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