miércoles, 28 de septiembre de 2016

Mirando al cielo


Desde el origen de los tiempos, miramos al cielo. 
Hemos buscado luz y respuestas cuando el camino del pensamiento no ha sido suficiente. 
Aún no lo era. 
Aún no lo es.

Los mitos, basándose, una parte en tradiciones, otra en leyendas, nos han servido para explicar el universo, imaginar de dónde venimos o poner nombre a los fenómenos naturales.

Desentrañar el origen de nuestras afirmaciones debe ser apasionante... ¿Por qué, por ejemplo, habremos creado tantos pájaros fantásticos? ¿Es un deseo humano innato querer izar vuelo? ¿Surcar el aire?

El primitivo mundo iranio no queda atrás. Siguiendo a V. Sarkhoshi (Mitos Persas. 1996. Ed. Akal), en los textos zoroástricos se habla, además del Semurgh (puedes releer AQUI), de las siguientes aves fabulosas:

Karshiptar: el que vuela velozmente. Fue el encargado de divulgar la palabra de Zoroastro

Ashozushta: el búho capaz de atemorizar a los más malignos demonios sólo susurrando las palabras sagradas.

Chamrush: responsable de destrozar con su pico a los que nos son iranios. 

Pero, en todas las culturas han existido aves maravillosas…

Así, el Basan, en Japón es un gallo del tamaño de una montaña.


El Impundulu o "rayo de aves" de Sudáfrica  es una criatura vampiro, con forma de pájaro blanco y negro, del tamaño de un ser humano, que convoca a los truenos y a los relámpagos con sus alas y sus garras.


La Sirin de Rusia es una criatura fantástica con cuerpo de buho y cabeza y pecho de hermosa mujer. Similares a las sirenas, cantaban hermosas canciones que anunciaban buenas noticias. Si un hombre escuchaba su melodía, enloquecían de amor por ellas hasta morir.


¿Cuántas aves conoces?

¿A qué cielo izas tu vuelo?

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